El gobierno de Milei persiste con el relato de que «había que evitar una híper», la «bomba a punto de estallar» y otros cucos para adultos que funcionan igual que los cuentos de los hermanos Grimm: meten miedo para condicionar rebeldías. Pero, ¿qué economía dejaron realmente los Fernández?
Javier Gatti
Antes de repasar los números que nos aporta el último informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), intentemos capturar con un par de párrafos la famosa “peor herencia de la historia” de la que se quejan el vocero presidencial (todos los días), los ministros y el presidente de los argentinos de bien (cada vez que anuncia un aumento o poda de derechos). Y lo haremos con la tranquilidad de haber señalado las contradicciones y quedos de la esforzadísima y a la postre decepcionante gestión económica y social del peronismo aglomerado.
Lo que finalmente quedó es una crisis, indudable, pero no la peor de la historia económica argentina, ni mucho menos de los últimos 40 años. Hablamos de una gestión que empeoró casi todos los índices sociales y macroeconómicos del macrismo del que vino a redimirnos (inflación, reservas disponibles, pobreza, indigencia) y que fue incapaz de detener o revertir el deterioro de los salarios, apenas ralentizarlo para dejarlo en casi -9 puntos contra los -20 de la franquicia Cambiemos.
El peor de los indicadores es el desmanejo de los abultados excedentes de dólares comerciales obtenidos (¡claro que sí!) por un incremento con picos récords de la actividad económica y las exportaciones consecuentes. Pandemia, guerra y la peor sequía de la historia fueron factores ineludibles, quien los quite del análisis manipula y miente, quien los haga responsables de no haber retenido USD 39 mil millones generados entre 2020 y 2023 también miente. Aquí está el meollo que condiciona el desempeño del resto de la economía, que impide estabilizar el precio más importante (el dólar) y que permite sujetar el resto de los precios relativos.
La variación inflacionaria mes a mes con corte a noviembre 2023 alcanzó un acumulado de 161,6%, con un promedio mensual de 8,5% y solo tres meses en dos dígitos (agosto, setiembre y noviembre). No hay ninguna consultora privada –ni siquiera las que alimentan a cambio de tarifas dolarizadas a las empresas que redactaron el DNU 70– que prevea una aceleración capaz de desembocar en un 15.000% anual, ni decenal.
Como ya apuntamos, ninguna de las cifras viralizan los comunity managers y divulgadores televisivos del gobierno es real, sin importar el cálculo con que se construyan, ni el déficit fiscal heredado (4,5%, nunca 15%), ni el cuasifiscal, ni la deuda con importadores, ni la deuda pública de vencimiento inminente. Pero veamos algunas cifras de MATE sobre el principal problema apuntado: la incapacidad para retener los dólares generados por una economía creciente y la restricción externa.
Se ve claramente cómo en el primer trienio costó mantenerlas con oscilaciones continuas y cómo el último año (sequía mediante) se reducen a más de la mitad. Para hilar más fino, MATE nos proporciona la cuenta de los componentes de variación de reservas:
Como vemos, el 70% del total de los dólares generados por la economía argentina se utilizó para pagar deuda e intereses y fuga (formación de activos externos para paladares sensibles). Los exportadores se quedaron con USD 7.000 millones que ser cobrarán en el futuro. La cuenta final demuestra que se perdieron USD 23.000 millones y se incrementó la deuda comercial en USD 22.000 millones. No dependía exclusivamente de Matías Kulfas, pero así el modelo de crecimiento con inclusión y reparto quedó solo en crecimiento con exclusión y pérdida de calidad de vida de millones de argentinos y argentinas.
Como suele pasar con los cuentos para chicos y grandes (Hansel y Gretel y El Populismo Hiperinflacionario, por ejemplo), los slogans de hoy tienen una dosis de verdad pasada, aumentada, recortada e incluso escamoteada, pero ni las cifras reales y consistentes ni las proyecciones hacían necesario inducir una estanflación inédita (esta sí) que perjudicará por 15 años (dice Milei) o por 30 (ya que parece sencillo, revoleamos nosotros) a los que siempre les aclaran que no van a pagar lo que van a pagar, es decir a nosotros y nosotras.
Párrafo aparte para la versión cuantificada y “mejorada” de los seis meses o el túnel oscuro con luz al fondo: hablando de andá a chequearlo con tu tarotista de confianza, el presidente acaba de dar precisiones que harían más soportable el deterioro diario de las clases medias y bajas: “Te tengo una buena noticia, dos tercios de las mejores se ven en los primeros 15 años, así que la vas a ver vos, y la van a disfrutar tus hijos y tus nietos”.
Es decir, si vos tenés unos 30, no vas a tener que esperar hasta los 75 para disfrutar la Argentina potencia, sino hasta los 45, pero no serás completamente feliz ni te habrás realizado sino a un 60% de plenitud probable y futura. Ya habíamos escuchado cosas increíbles, pero esto es realmente nuevo y pone a prueba la credulidad promedio de los y las argentinas de bien o mal.
Y como en este país no solo se siente o percibe, sino que se mide o cuantifica, una consultora que ya hemos consultado en AIRE acaba de publicar una encuesta de imagen y expectativas, cuyo principal resultado sería que la inflación y la imagen del presidente siguen series inversamente proporcionales: mientras la inflación sube al 1% diario, la imagen de Milei cae 1% de lunes a lunes.
Y si de credulidad hablamos (un gran tema de Pescado Rabioso, no dejen de repasarlo), el binomio Zuban Córdoba & Asociados le preguntó también a los 1.500 muestreados si creen que la dirección del país es correcta desde la asunción de Javier Milei. El resultado invierte el resultado del reciente balotaje: 54,3% piensa que este camino es un error y el 43,5% supone que vamos a buen puerto. Manuel Adorni no nos lee (por el momento) pero bien podría sugerirnos que nunca le dimos todo el crédito a las consultoras; tiene razón, solamente en esto, pero la tiene.
La economía que crecía mientras los salarios caían
Expuesto el problema de la restricción externa como el más importante de ayer, hoy y mañana, presentemos las cifras del informe de MATE para la evolución de la economía y los salarios públicos y privados.
Este crecimiento se materializó con un aumento del 5,4% del PBI, que contrastó con el -4,6% del macrismo (el único mandato del nuevo milenio con caída del producto) y el 0,1% del último gobierno de Cristina Fernández. El desempleo de 2023 fue el más bajo de los últimos 20 años, igualando el del último año segundo mandato de Cristina. Pero cuando vemos el derrotero de los salarios y el reparto de la riqueza generada, la herencia se pone en foco.
Sin el registro del mes de diciembre 23 (que se apunta con una inflación semanal de 7,7% y una mensual por encima del 30%), la pérdida de poder adquisitivo fue de 8 puntos. Habrá que esperar las mediciones que reflejarán la pérdida en dólares del 50% de los salarios registrados, luego de la devaluación del 118% asestada por Milei. Datazo para Adorni, el salario registrado en Argentina no era de USD 300 AM (antes de Milei) sino de USD 1.673 y con la devaluación DDM (después de Milei) es de USD 990 mensuales, dice Lavagna, no nosotros.
Los trabajadores informales, según el INDEC, perdieron 36 puntos contra inflación, no los convertimos al dólar pasado o actual para seguir deprimiendo, pero allí sí las cifras se acercan a las que memoriza el vocero.
Expuesto lo esencial de la herencia, nos ponemos en la línea de la conclusión del informe de MATE: la coyuntura económica está atada a las decisiones del nuevo gobierno, sin excusas, sin dibujos forzados y sin horizontes inalcanzables que justifiquen las humillaciones de la pobreza.
Publicado en AIRE DE SANTA FE