El economista Lavih Abraham analizó el impacto en la economía del triunfo de Javier Milei y las repercusiones de la decisión del Gobierno de devaluar en un 22%, anticipando para los próximos días un aumento de precios por parte de las empresas de hasta un 25%.
El triunfo de Javier Milei en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo generó un fuerte sacudón a nivel político para las principales fuerzas, pero también trajo un impacto directo en lo económico. Antes de que los mercados comenzaran con sus movimientos en la apertura del lunes por la mañana, con la caída abrupta de los bonos de deuda en dólares (en números cercanos al 10%) y un dólar blue que luego escalaría hasta los $695, el Gobierno actuó rápido y aplicó una devaluación de un 22%, instalando el tipo de cambio oficial en $350 y subiendo las tasas de interés hasta un 118%.
Lavih Abraham, economista del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), analizó que este movimiento se dio pensando en dar “orden y contención” a una devaluación que iba a resultar inevitable, a diferencia de lo que ocurrió tras las PASO de 2019, donde el mercado se terminó llevando puesto al gobierno de Mauricio Macri.
“Ahora hubo una decisión de actuar antes de que eso pase, más allá de que efectivamente va a traer algunas consecuencias”, reflexionó el economista en diálogo con Sí98.9, aclarando, además, que la determinación de elevar el tipo de cambio ya estaba acordada con el Fondo Monetario Internacional, independientemente de los resultados de las PASO.
En ese sentido, precisó que la devaluación “está en el 22% en un día”, pero que los anticipos de aumentos por parte de las grandes empresas para sus distribuidoras y de los distribuidores a los minoristas se ubican hasta en un 25%, por lo que “hoy, mañana y pasado ya vamos a ver aumentos por todos lados”.
Ante esta fuerte pérdida, la medida que se espera por parte de los economistas es que el Gobierno aplique prontamente una compensación, ya sea “algún aumento por suma fija o algo por el estilo”, que es algo que “estaba en agenda la semana pasada” pero de lo que todavía no ha habido “ninguna novedad”.
“El Fondo efectivamente quería esta devaluación, el Gobierno hizo todo lo posible para tener los dólares para no hacerla, pero efectivamente entienden ellos que el tipo de cambio sigue siendo bajo, y aunque ahora ya no lo sea, esta movida implica que habrá una redistribución: hay exportadores que van a ganar, hay importadores que van a perder (que somos nosotros que consumimos cosas importadas también), y efectivamente necesitamos que haya algún tipo de anuncio en cuanto a jubilaciones, asignaciones, Progresar… un centro”, desarrolló.
La inflación de agosto y el panorama hasta octubre
En la teoría, la devaluación del peso del 22% implica que todo lo importado aumente también un 22% de forma automática, aunque en la práctica las empresas ubican sus aumentos aún por encima de esa cifra, registrándose en las listas de precio que circulan hoy subas cercanas al 25% en importados y 17,5% en productos nacionales, a pesar de que en realidad no tendrían que alcanzar esos números.
Este panorama genera que la inflación de agosto inevitablemente sea fuerte, de dos dígitos, pero al mismo tiempo se trató de una medida que se tomó con la idea de estabilizar de cara a los 45 días que restan hasta la elección general de octubre. “Hasta ahora, lo que hacía el gobierno con el dólar es lo que se llama el tipo de cambio reptante, un tipo de cambio que va a la par de la inflación, en el que todos los días realiza una microdevaluación que se va llevando a poquito. Ahora, lo que el gobierno hizo fue poner a $350 el oficial hasta el día de las elecciones con la idea de dar una especie de certidumbre, algo que está garantizado por los próximos dos meses. Obviamente va a haber un impacto inicial en precios, pero el objetivo es que a partir de ese impacto inicial, se tranquilice y ya no vuelva a subir, o por lo menos que mínimamente no haya ningún tipo de cataclismo”, explicó Lavih Abraham sobre este plan de estabilización.
Lo cierto es que la combinación entre las derivaciones económicas directas de la elección y los puntos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional terminan ocasionando un escenario económico, político y social que en los primeros días de esta semana será de suma inestabilidad y se irán acomodando de cara a la recta final.
Pensando en el panorama abierto a raíz del triunfo de Javier Milei, Abraham fue consultado sobre si realmente el líder de La Libertad Avanza tiene herramientas como para solventar los problemas económicos y si esto repercute en el número que obtuvo ayer, independientemente del gran componente de voto-bronca.
“Algo de eso hay porque efectivamente siempre apela a un discurso siempre medio técnico, un poco oscuro, utiliza sin explicar mucha terminología de la jerga de los economistas, y eso efectivamente da la sensación de que sabe, de que va a poder hacer cosas que no todo el mundo entiende pero dice “fíjate cómo sabe este tipo”, pero para los que entendemos un poco vemos que no dice nada, muchas de las cosas que dice no son factibles, primero y principal, y muchas de las cosas son directamente pavadas”, señaló.
Publicado en Rosario Plus