Economía y política en la transición

Coyuntura de empleo y actividad económica al inicio del gobierno de La Libertad Avanza

El gobierno de los economistas corrió el eje económico al eje político con el DNU “Bases” (Bases para la reconstrucción de la economía argentina) y el megaproyecto de ley, también llamado “Bases” (Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos). Mientras que los primeros días del gobierno el eje fue el “Caputazo” (el discurso de 10 medidas que dio el ministro de Economía), es decir, la pata económica, a partir de la segunda y tercera semana se comenzaron a conocer los ejes político de la nueva administración del gobierno, separadas en dos enormes y prácticamente inéditos cuerpos de medidas, el DNU y la ley ómnibus.

De las medidas económicas, hay que destacar la histórica devaluación del dólar oficial, que aumentó su precio un 118% pasando desde aproximadamente $370 a $800. De las medidas “políticas”, sin dudas muchas tendrán grandes consecuencias económicas.

En todos los discursos públicos conocidos hasta el momento (la asunción de Milei de espaldas al Congreso, Caputo anunciando medidas en cadena nacional, los considerandos de la Ley de Bases y el saludo/discurso de Milei de fin de año divulgado por redes sociales) el planteo sobre la situación económica fue similar: Argentina pasaría, de acuerdo con estos, por una crisis económica prácticamente sin comparación.

Desde MATE hemos visto a lo largo de los años el comportamiento de la economía argentina y sobre todo desde un año y medio a esta parte la dificultad para retomar la senda del crecimiento, la distribución del ingreso y la mejora del salario real. Entre esta realidad objetiva y el mito de Milei hay un abismo, de todas maneras. En esta sección ponemos la lupa en el PBI y el empleo como indicadores económicos.

PIB creciendo hasta el tercer trimestre: una economía que funciona(ba)

Los datos de actividad económica mostraron que, durante 2023, un año de alta inestabilidad por su gran inflación, la economía continuó un sendero de crecimiento, como hemos visto. Durante el tercer trimestre del año crecieron con respecto al trimestre anterior la producción total (PBI, +2,7%), el consumo (+0,7%), la inversión privada (1,7%) y la inversión pública. Como hemos venido mostrando, lo que tiró para atrás la economía en términos “macro”, es la caída de las exportaciones, producto de la brutal sequía de principios de año. Así y todo, también recuperaron crecimiento en el tercer trimestre del año (+2,1%).

En el gráfico puede verse el desempeño del último año en comparación, también, con los años anteriores: estancamiento y caída en el gobierno de Macri, caída de la pandemia, recuperación pos-pandemia y estancamiento del final del gobierno de Alberto Fernández.

Un año sin crecimiento fuerte en la producción nacional

Estimación del PBI en cada trimestre, en millones de pesos constantes. Fuente: elaboración propia en base a datos de INDEC, Cuentas Nacionales. El valor en cada punto es la estimación del valor anualizado del PBI en ese trimestre

Por supuesto que los resultados macroeconómicos son difíciles de ver en la vida cotidiana. El resultado del salario real y de los precios en general es mucho más palpable. Por otra parte, los sectores que crecieron durante el último año (desde octubre 2022 hasta octubre 2023) lo hicieron a un ritmo que tampoco llama tanto la atención. Lo más destacado fue la minería, una actividad que está en crecimiento permanente pero que cuyo desarrollo geográfico está lejos de los grandes centros urbanos.

Aunque falta el último trimestre, podemos ver que el crecimiento de los últimos tres períodos presidenciales fue de menos del 3% en 12 años, es decir, que en términos de producción bruta hay casi un estancamiento de más de una década, que se vuelve caída si lo miramos en términos per cápita.[1] Una mirada detallada nos muestra que los promedios engañan porque el crecimiento de este último período, en realidad, compensa la caída del gobierno de Macri.[2]

Estancamiento de largo plazo, pero no es todo lo mismo

PresidenciaCrecimiento del PBI
Néstor Kirchner+ 42,9%
Cristina Fernández 1+ 12,3%
Cristina Fernández 2 + 0,1%
Mauricio Macri– 4,6%
Alberto Fernández+ 7,4%
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Cuentas Nacionales base 2004. Se compara el último trimestre de cada año con el último del período anterior. El período de Néstor Kirchner se contabiliza desde el segundo trimestre de 2003.

El 7,4% de crecimiento del gobierno que sale es, también, dispar.[3] Mientras que 2020 fue de profunda caída en la producción debido a las restricciones producto de la pandemia (-4,2%), 2021 fue el año de la recuperación (+9,1%) y 2022 (con crecimiento de 1,5%) y 2023 (+1,4% en tres trimestres).

La combinación de bajo crecimiento y alta inflación, de todas maneras, no frenó la creación de empleo. Aun sin tener datos nuevos de creación de empleo registrado,[4] la tasa de desocupación del tercer trimestre fue la más baja de las últimas décadas, esto incluye a todos los trabajos, registrados y no registrados. Respecto del año pasado, la desocupación bajó 1,4 puntos. El piso es históricamente bajo.

La desocupación baja es una de las claves del ajuste de Milei. Así como en 2015 el país estuvo desendeudado y esto le permitió a Macri tomar deuda, hoy el país encuentra en el piso histórico de desocupación cierta posibilidad de un ajuste en el mercado laboral. En otras palabras: Milei tiene espacio para generar desocupación y que sea socialmente “tolerable”, o al menos, para así presentarlo en sociedad, crear un relato del ajuste necesario y el sacrificio presente para una mejora futura.

Hasta el final, siguió bajando la desocupación

Tasa de desocupación. Fuente: elaboración propia en base a INDEC. Mercado de trabajo (diciembre de 2023)

En estos términos conviene aclarar cuál es el “ajuste” que plantea el gobierno: nuevos precios relativos, nuevo mercado laboral y un nuevo patrón de acumulación.

En un momento de conflicto inflacionario, los nuevos precios relativos se definen por cuáles aumentan más y cuáles menos, es decir, todos aumentan, pero hay reacomodos. Algunos precios nuevos son definidos por la regulación estatal: el dólar oficial, igualado con los paralelos, aumentó un 118% el día 13 de diciembre. Con ello se moldearon los precios de los productos importados y exportables. Las tarifas, a partir de la quita de subsidios, crecerán, pero aún no queda claro cuánto. Los combustibles, liberados, crecieron a la par del dólar en las primeras semanas y, también a la par, se estabilizaron temporariamente. Los salarios, por su parte, deberán discutirse en un marco de mucha presión y quita de derechos para las y los trabajadores.

El nuevo mercado laboral se verá recién en los próximos meses. Moldeado por la desocupación, también la caída de la actividad económica que se busca desde el gobierno hará que se trabajen menos horas. La informalidad, altísima (se trata de las incorporaciones al mercado laboral de los últimos años) puede descender, pero eso no será una buena noticia, sino simplemente la expulsión de aquellas personas que no tienen la protección legal que (por ahora) brinda el empleo registrado. El empleo público y las obras de infraestructura detenidas serán dos expulsores netos de puestos de trabajo.

El tercer punto del ajuste es el nuevo patrón de acumulación que se está delineando, pero al cual todavía no podemos caracterizar con certeza. Apertura comercial, quita de controles de precios en la comercialización, menores derechos laborales, fin de la promoción industrial, derechos de exportación a todas las actividades industriales, baja de la obra pública como movilizadora de la actividad son solo los principales aspectos de la nueva forma de organización de la economía argentina. Una economía menos industrial y más productora de materias primas para exportación, menos interesada en generar valor agregada y salarios altos y más en comprar productos terminados de otros lugares del mundo. Seguramente, con más gente y más empresas preocupadas por la parte financiera que por la productiva. En definitiva, un sistema económico más cercano al anhelado (por el gobierno) siglo XIX que al siglo XXI.


[1] Quiere decir que la población creció más que 3% en 12 años; de hecho, creció casi un 15%.

[2] En el gobierno de Macri hubo caída del producto en tres de los cuatro años de gobierno.

[3] El 7,4% de aumento es entre el tercer trimestre de 2023 y el cuarto trimestre de 2019. Este dato está un poco “inflado” al comparar distintos trimestres, ya que el cuarto trimestre es siempre más chico que los demás. Al comparar contra el tercer trimestre de 2019 en lugar de contra el cuarto, el crecimiento del período de Alberto Fernández es de 5,4%.

[4] Se dejó de publicar en octubre. A la fecha de redacción de este informe, el ex Ministerio de Trabajo no publicó más actualizaciones ni tampoco un calendario de nuevas actualizaciones.

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